Aunque el mercado laboral empezó a mostrar algunas señales de recuperación en junio de 2020, pues las cifras fueron menos malas que las de abril y mayo, los efectos de la pandemia sobre el empleo serán profundos. La fragilidad del mercado laboral se reflejó en la pérdida de millones de trabajos, con el agravante de que muchos de esos empleos eran formales. Eso sí, cabe resaltar que el reinicio gradual de las actividades económicas, bajo los parámetros de prevención y control dispuestos por las autoridades locales y nacionales, tiene un impacto importante en la mitigación de los efectos negativos que la pandemia y el aislamiento han tenido sobre el empleo y los ingresos laborales de los hogares.
Así las cosas, la generación de empleo deberá ser una de las prioridades de la política pública en el país en el corto plazo. En ANIF consideramos que se deben tener en cuenta varios elementos que servirán para contener la destrucción de trabajos y facilitar la creación de nuevos puestos de empleo: (i) empezar, por supuesto, con la reactivación de todos los sectores que por medidas sanitarias se pueden abrir y, en especial, que en Bogotá (que representa el 25% del PIB nacional) se levanten todas las restricciones y se reactiven los sectores con mayor rapidez para que el choque en el empleo, los ingresos de los hogares y la pobreza sea menos fuerte; (ii) implementar políticas para la flexibilización del mercado laboral, lo cual incluye la revisión de los costos laborales no salariales, que son un obstáculo para la generación de empleo, sobre todo formal; y (iii) impulsar los sectores que demandan una mayor cantidad de mano de obra y que apalanquen mayor crecimiento económico, como la construcción y la infraestructura.