El alza en los precios ha golpeado a todas las economías del mundo. Los bienes en los que el choque inflacionario más se ha manifestado son los combustibles y los alimentos. El incremento de los precios del petróleo, avivado por el conflicto ruso-ucraniano, se ha traducido, entre muchas otras cosas, en un aumento en el costo de la gasolina que ha puesto en aprietos a la mayoría de los gobiernos del mundo.
Pese a ese escenario global, las fluctuaciones en el precio de la gasolina en Colombia han sido mínimas. Es más, el país, en comparación con la región, tiene uno de los precios más bajos de combustibles líquidos. Eso se debe a que Colombia cuenta con un Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC), un instrumento que amortigua la volatilidad externa de valor del petróleo y que, en esta ocasión, ha absorbido casi por completo el alza desmedida del crudo dada la diferencia del ingreso del productor local y el precio de paridad. Ese mecanismo permite mantener una relativa estabilidad en el precio interno del combustible.