La estrategia de la Administración Distrital de Bogotá para la contención del virus ha tenido el mayor costo económico en el país sin que los resultados en salud sean favorables. Todo lo contrario, junto con Barranquilla, Bogotá fue la ciudad con mayor aceleración de contagios y muertes durante julio. La diferencia radica en que los resultados de los indicadores económicos son mucho peores para la capital, con una mayor pérdida de empleo, caída de ingresos de los hogares, reducción de la producción industrial y contracción del comercio minorista. Esto es particularmente grave debido a la importancia económica de la ciudad en términos de empleos y PIB. Hacemos un llamado fuerte para que la Administración Distrital revise su enfoque basado en cuarentenas hacia el futuro. El daño ya ha sido sustancial.
En el corto plazo las políticas se deberán enfocar en controlar el virus y tener en cuenta que los costos económicos y sociales de las cuarentenas son severos. Por esa razón, en ANIF consideramos que los aislamientos estrictos se deben dejar en un segundo plano y utilizar otras estrategias como: (i) continuar con el fortalecimiento del sistema de salud, sobre todo en la capacidad instalada de las Unidades de Cuidado Intensivo (UCI); (ii) aislar y hacer seguimiento constante a los casos positivos, sospechosos y sus contactos, lo cual requiere de una capacidad de testeo superior a la actual, aunque en el último mes tuvimos incrementos importantes por la aplicación de las pruebas de antígeno; (iii) en el caso de Bogotá, se puede hacer un monitoreo a nivel de Unidad de Planeamiento Zonal (UPZ) en lugar de las localidades completas; (iv) mejorar las estrategias de cultura ciudadana sobre la importancia de las medidas de higiene y el uso de tapabocas; y (v) iniciar cuanto antes y sin dilaciones los pilotos para la reapertura del sector de servicios (restaurantes y servicios relacionados) y el transporte aéreo y terrestre.