El 18 de enero, el Banco de Japón anunció su decisión de tipos de interés, manteniéndose sobre la tasa de –0.1% que ha mantenido desde el 2016. La política monetaria de Japón se ha caracterizado por su posición ultra laxa, decisión atípica en un entorno de alta inflación que ha presionado a la mayoría de los bancos centrales a encarecer el crédito para controlar el alza en el nivel de precios.
La decisión tomó a los mercados por sorpresa, dado que, tras la flexibilización en el control de la curva de rendimientos de deuda soberana en diciembre, se anticipaba que en su primera reunión del año se evidenciara un pivote hacia una política monetaria más restrictiva. En esta entrega de nuestro Informe ANIF de la economía global, exploramos los factores que motivan la posición expansiva de la política monetaria y aquellos que permiten la sostenibilidad de los altos niveles de deuda en la tercera economía más grande del mundo.