La inflación anual continuó su tendencia a la baja y, por primera vez en más de seis años, se ubicó por debajo del 2%. Si bien la reapertura parcial de ciertos sectores económicos en algunas de las principales ciudades mostró algo de impulso a la demanda agregada, los resultados del mercado laboral entre marzo y junio indican que los hogares han perdido en ingresos laborales cerca de 1.6% del PIB. De hecho, las perspectivas de nuestros análisis sugieren que, en el total nacional, la tasa de desempleo promediará valores entre 17.5% y 19.5% en 2020, con lo cual es de esperarse que la debilidad de la demanda agregada se mantenga en lo que resta del año y, por lo tanto, la inflación continúe por debajo del rango meta del Banco de la República.
Así las cosas, será fundamental que todos los sectores que se pueden reactivar bajo las condiciones de bioseguridad, establecidas por el Gobierno Nacional, lo hagan a la mayor brevedad en todo el país. Pasados más de cuatro meses desde el inicio del aislamiento, en estos momentos el impulso que se le pueda dar a la economía desde cualquier actividad económica será fundamental para que el choque, que ya se siente con fuerza, sea menos doloroso y tenga menores efectos en la pobreza y el ingreso de los hogares al finalizar 2020.